El product placement es una técnica de comunicación comercial ligada al mundo cinematográfico que surgió en los años treinta en Estados Unidos. En España, llegó mucho más tarde, en la década de los noventa, y se popularizó en series de televisión como Farmacia de Guardia o Médico de Familia como alternativa al zapping.
La nueva estrategia publicitaria tiene ventajas muy suculentas para las marcas, tanto en el cine como en la televisión: la primera, que ya hemos señalado, es que el espectador no percibe estos mensajes como una intromisión, sino como parte del contenido que desea ver. La segunda, ligada a esta, es que la audiencia muchas veces no es consciente de que, a través de las historias de sus actores favoritos, le están llegando mensajes publicitarios que no ha solicitado. Así, el rechazo que muchos de nosotros sentimos ante cualquier forma de comunicación comercial no existe, ya que los anuncios nos atrapan en momentos de relajación y vulnerabilidad. Finalmente, este tipo de publicidad es muy eficaz porque logra que relacionemos un determinado producto con una película, serie o actor de nuestro agrado. Incluso con un estado de ánimo, una personalidad o un concepto como la rebeldía o el éxito.
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