He aquí mi último ejercicio sobre Experiencias de Comunicación Alternativas. Se trata de una campaña que lanzó hace unos meses esta cadena de tiendas de cosméticos que me indignó muchísimo. La campaña, que pretendía ser provocativa y revolucionaria, partía de la base de que "no hay que avergonzarse de querer estas guapa", y quería romper con el falso mito de que "en la sociedad la imagen no es importante". A través de estos 10 mandamientos, Bodybell "reivindicaba" (qué manía tienen ahora los publicistas de utilizar lenguaje revolucionario, ¿verdad?) un mundo más bello, "porque ya hay bastantes cosas feas".
La campaña de Bodybell apareció en varios medios de comunicación y escandalizó a varias asociaciones, aunque nunca llegó a retirarse. El día de su lanzamiento, se hizo una performance en plaza de Colón donde una mujer con su cuerpo pintado igual que una estatua, aparecía inmóvil con un cartel: "No seas invisible", es decir, lanzaba un mensaje claro y escandaloso: quien no destaca por su belleza pasa desapercibido. La campaña publicitaria iba acompañada de carteles, anuncios en prensa y cuñas publicitarias donde aparecían mensajes tan vergonzosos como éste: "Te quiero.... pero como amiga. No dejes que nadie vuelva a decirte esto", o como este: "Nadie tiene sueños eróticos con alguien muy simpático".
En fin, he elegido esta campaña porque me parece humillante y creo que muchos cosméticos utilizan estrategias similares, crean complejos, y pueden dejar huella en personas vulnerables como los adolescentes. Además de tener que aguantar que nos introduzcan en una competición por ser el más guapo y más perfecto, encima la mayoría de estos productos de belleza no han de someterse a exámenes clínicos para probar su eficacia, por lo que pueden funcionar... o no. ¡Vaya tomadura de pelo!
La campaña de Bodybell apareció en varios medios de comunicación y escandalizó a varias asociaciones, aunque nunca llegó a retirarse. El día de su lanzamiento, se hizo una performance en plaza de Colón donde una mujer con su cuerpo pintado igual que una estatua, aparecía inmóvil con un cartel: "No seas invisible", es decir, lanzaba un mensaje claro y escandaloso: quien no destaca por su belleza pasa desapercibido. La campaña publicitaria iba acompañada de carteles, anuncios en prensa y cuñas publicitarias donde aparecían mensajes tan vergonzosos como éste: "Te quiero.... pero como amiga. No dejes que nadie vuelva a decirte esto", o como este: "Nadie tiene sueños eróticos con alguien muy simpático".
En fin, he elegido esta campaña porque me parece humillante y creo que muchos cosméticos utilizan estrategias similares, crean complejos, y pueden dejar huella en personas vulnerables como los adolescentes. Además de tener que aguantar que nos introduzcan en una competición por ser el más guapo y más perfecto, encima la mayoría de estos productos de belleza no han de someterse a exámenes clínicos para probar su eficacia, por lo que pueden funcionar... o no. ¡Vaya tomadura de pelo!
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